Los hechos que presenciamos y que desde luego fuimos parte durante el primer semestre, al igual que todas las personas interesadas y apasionados por los mercados financieros, nos dejaron a la gran mayoría con bastantes preguntas por responder. Sin duda que los mercados son muy interesantes porque todos los sectores de la economía, que reflejan las prioridades de las personas, se encuentran representadas y por ende todas las repercusiones de la vida cotidiana o real, y cómo ha quedado claro con el coronavirus y desde que los mercados financieros existen, los agentes del mercado las van plasmando en decisiones de inversión.
Entre enero y junio, las bolsas norteamericanas tuvieron la mayor caída y la mayor recuperación de la historia, lo cual además de sorprender, nos deja algunas preguntas abiertas que capturan nuestra atención, tanto respecto del pasado como lógicamente sobre el futuro, que es nuestra principal preocupación, y dónde podemos tomar acción.
Empezando por las preguntas respecto de lo que ha pasado, pienso que lo más significativo lo encontramos en las respuestas que hemos tenido de parte de las instituciones centralizadas, principalmente los gobiernos y los bancos centrales, quienes han querido escuchar la voz de la política más que la de la economía, y se han jugado prácticamente el todo o nada, pudiendo ser los salvadores o los detonantes de crisis realmente insospechadas. Sin duda que solamente este pregunta, da lugar a muchas otras derivadas de la misma, cómo los motivos, las consecuencias, los plazos y la forma cómo se materializa una gran crisis de deuda. Este no será el lugar de un análisis de esa magnitud, sin embargo me parece importante plasmar lo que a nuestro juicio más nos impacta dentro del contexto del primer semestre. Solamente para cerrar el punto, y la primera pregunta planteada, lo que no resiste lógica es que por el lado de las instituciones ligadas al estado se realicen múltiples iniciativas en nombre de la crisis, no exentas de grandes riesgos y por otro, los mercados financieros celebren estas ingentes inyecciones que en un abrir y cerrar de ojos acabaron con la pesadilla bursátil. Sin embargo, el objetivo era recuperar la economía y los mercados financieros fuesen una consecuencia de estos más no una profecía auto cumplida, de la cual la burbuja está a la vuelta de la esquina.
La segunda pregunta, a nuestro juicio fundamental para afrontar este segundo semestre en el mundo de las inversiones, es plantearse si el escenario actual, de recuperación en V en lo que se refiere a mercados financieros, logrará mantenerse y continuar las subidas, o vendrán recaídas, respaldadas meditaticamente por la aparente nueva ola de contagios en países que intentaban volver a la normalidad. En este segundo punto, hemos sostenido que dado los drivers actuales, que son producto más de las intervenciones monetarias que del crecimiento económico, son los flujos actuales en los mercados financieros por lo que no es de extrañarse que los movimientos de corto plazo se encuentren contra todas las estimaciones, tanto técnicas como fundamentales.
Sin embargo, más allá de los movimientos de corto aliento, estamos convencidos que siempre van a primar las valoraciones fundamentales en los mercados financieros, es decir la equivalencia entre los resultados empresariales y su correspondencia en bolsa. Por este motivo, nos parece arriesgado el lema del “quedarse fuera del rally” y jugar al PUT de la FED, en el sentido que existe un optimismo desmesurado respecto de la omnipotencia de los bancos centrales. Los flujos pueden cambiar el sentido en el corto plazo, incluso en el mediano con inyecciones ilimitadas como en la actualidad, pero cuando estallen las burbujas de activos producto de las intervenciones, nuestra convicción es que una vez más se impondrán los resultados empresariales.
La tercera pregunta se encuentra más relacionada al funcionamiento de la economía que de los mercados financieros, y por ende, probablemente es la más importante de las tres preguntas realizadas en este artículo, ¿Será capaz de reactivarse la economía como lo han descontado los mercados financieros en el segundo trimestre , o por el contrario nos encontraremos en la realidad con más visiones más escépticas respecto de la recuperación?
Para responder esta última pregunta debemos contextualizar y por ende mencionar que los problemas relacionados a la falta de crecimiento venían de antes del COVID-19, como hemos venido comentando semana a semana. Esta problemática obliga a replantearnos si la situación actual es sostenible en el tiempo, entendiendo que la deuda no ha dejado de subir y a un ritmo bastante más acelerado que el crecimiento económico. Como a todas luces es necesario reactivar la economía, pero ya no en base a instrumentos monetarios artificiales y de dudosa efectividad, sino volver a los fundamentos que han llevado al mundo a crecer estos últimos 200 años como no lo había hecho en toda la historia, es decir en base a las instituciones del libre mercado y no de las diferentes formas de intervención económica.
En términos netamente de mercado contingente y desde el puto de vista más bien del análisis técnico, nos mantenemos en el rango que mencionábamos en nuestro comentario anterior, con cierto sesgo bajista pensando que probablemente los 2.850 puntos del S&P serán el punto de definición y de conflicto entre alcistas, muy confiados dados los resultados en experiencias anteriores, y bajistas, que no encuentran los motivos ni los momentos adecuados para reengancharse nuevamente en el mercado.