La penúltima semana del mes terminó con subidas en los principales índices bursátiles, esta vez destacando las bolsas europeas por sobre las bolsas de Estados Unidos, lo que parece ser una excepción a juzgar por la fortaleza demostrada por las bolsas norteamericanas durante más de una década.
Las medidas adoptadas durante este tiempo por los Bancos Centrales, han sido fundamentales en las subidas de las bolsas mundiales durante estos años, con condiciones de financiamiento y apoyo a la demanda que han sido sin duda excepcionales. Sin embargo, la reacción actual, que incluso hace parecer como si antes no se estuviese haciendo ya demasiado contra el sistema de precios y la asignación de recursos eficiente, continúa en franco aumento y las deudas de los países y los tamaños de los balances crecen a tasas impensadas hace algunos meses, incluso para los más keynesianos o monetaristas.
Muchas son las comparaciones que podemos hacer respecto de las respuestas actuales de la FED y las que adoptó para salir de la crisis suprime, lo cual no es motivo de este resumido artículo, sin embargo, la dimensión de la distorsión monetaria actual es con diferencia más notoria. Esto nos lleva a plantearnos si estamos en una crisis de corto plazo, que es parte de un ciclo más largo, que sería el caso de la crisis subprime, o bien estamos frente a una crisis de fin de ciclo largo, con las consecuencias y transformaciones que la historia ha demostrado cada 80 años aproximadamente ocurren, como ha presentado el connotado gestor de fondos Ray Dalio en los adelantos de su último libro. La magnitud de la respuesta, tanto monetaria como fiscal, nos está diciendo que los policy makers se encuentran alertas por si esta crisis es una gran recesión más que una gran depresión.
También es probable que la confianza en los Bancos Centrales continúe por más tiempo (Don´t Fight the Fed), y que la crisis no estalle en la forma de la anticipada crisis de deuda, lo cual lo más probable sea consecuencia de la alteración aún mayor del sistema de precios y de la profubndización sin vuelta atrás de la monetización de la deuda. Esta estrategia ya ha sido probada desde el año 2012 con las famosas abenomics y la enfermedad nipona, y sus consecuencias las hemos visto en el pobre crecimiento de Japón y el empeoramiento de sus condiciones financieras.
Respecto de la actualidad de los mercados estos días, en nuestros comentarios hemos escrito respecto de las tres fases que han vivido tanto la economía como las bolsas. En el caso de estas últimas podemos ver muy claramente divididas las mencionadas fases, con la primera de las fuertes caídas de febrero y marzo, luego la segunda fase de fuertes recuperaciones de fines de marzo y abril, y la tercera fase que hemos vivido en mayo, con unas bolsas en una lateralidad-alcista dentro de un canal que coincide con una resistencia técnica y el “round number” de los 3.000 puntos.
Si seguimos la lógica de este análisis, y asumimos que seguimos en la fase tres, debieran surgir algunas preguntas luego de la evidencia que nos ha mostrado la evolución de los índices esta semana.
La primera pregunta que resulta interesante es cómo será la siguiente fase, ya que la ruptura de un canal siempre viene con un nuevo rango de precios producto de un cambio de expectativa en el mercado. La siguiente pregunta en este mismo sentido que parece interesante de responder son cuáles serían las señales que alertarían que estamos en un cambio de fase. En la situación actual parece razonable pensar que entraríamos a un nuevo rango entre los 3.000 y 3.400 puntos, mientras que si es a la baja podríamos de nuevo ver el rango 2.800 y 2.200 puntos, el mínimo del 18 de marzo de este año. De mantenernos entre los 2.800 y los 3.000 puntos podríamos decir que aún nos mantenemos en la tercera fase.
Otra pregunta que nos parece que importante plantear es el diferencial respecto de las valoraciones de las bolsas norteamericanas con respecto del mundo así como los rendimientos bursátiles, dando la impresión que los inversores de una especie de “fly to quality” que estaría representando Estados Unidos, aunque esta última semana haya sido la excepción y las europeas lo hicieran mejor.
Las respuestas a este importante diferencial de valoraciones y de rentabilidades bursátiles pensamos debemos buscarlas en tres dimensiones fundamentales del sistema como un todo; el modelo económico, las expansiones monetarias y las empresas tecnológicas.
El primer punto, respecto del modelo económico. Las diferencias en la flexibilidad y las consecuencias en la reasignación de recursos en la economía es algo que los inversores valoran de la economía estadounidense y lo cual permite también que las políticas llevadas a cabo por la FED puedan permear en la economía real de mayor forma que las posibilidades actuales del BCE o del BOJ, por mencionar a las principales potencias económicas a nivel global.
El segundo punto, respecto de las expansiones monetarias. Además de funcionar mejor en entornos de mayor libertad económica, como mencionábamos anteriormente, la condición del USD como principal medio de intercambio y moneda de reserva internacional, le permite a la Reserva Federal poder imprimir dinero sin respaldo de ahorro sin perjudicarse inicialmente, aprovechando la condición de riqueza de estados unidos respecto del resto del mundo.
El tercer punto, respecto del respaldo del mercado hacía las empresas tecnológicas. Hemos visto que a medida que la “exonomics”, con ganadores y perdedores exponenciales se condolida, las empresas con mayor capacidad tecnológica se estarían quedando con buena parte del mercado gracias a los monopolios naturales que han sido capaces de formar. Las mega tendencias dentro de las cuales son parte fundamental ha permitido justificar las valoraciones bursátiles que no tienen parangón en la historia y que muchos inversionistas value han cuestionado. Sin embargo, más allá de las razones fundamentales, la cantidad de liquidez dada las expansiones monetarias permitiría que las acciones sigan subiendo una vez más justificadas por los flujos.
Para la semana que viene el panorama sigue siendo de mucha incertidumbre dado que los datos aún no muestran mejoras y en general las expectativas de un retorno progresivo a la normalidad es algo que aún está en ciernes y sujeto al proceso de prueba y error.
Continuamos recomendando, con el riesgo siempre de equivocarnos, en mantener niveles elevados de liquidez ya que el miedo de quedarse fuera de las subidas (fear of missing out) no debiera ser más escuchado que la racionalidad respecto de la visibilidad de los futuros resultados macro y empresariales.