Una vez más las bolsas nos ofrecen una semana vibrante, en la cual presenciamos un día jueves de perdidas importantes y que no veíamos desde las estrepitosas caídas de las bolsas mundiales el primer trimestre.
Más allá de cómo nos encuentre invertido a cada uno de nosotros estos movimientos pronunciados, los que tenemos interés en la evolución de las inversiones en el largo pero también en el corto plazo, la semana pasada fue para muchos y sobre todo para los más incrédulos respecto de la recuperación en V, el esperado comienzo de una también esperada corrección.
Las fuertes recuperaciones desde el 23 de marzo, que prácticamente eliminaron las caídas más fuertes de la última década en menos de 3 meses, no habían dado tregua, descontando principalmente una fuerte recuperación económica post COVID, desde luego decisivamente apuntalada por los bancos centrales.
Aun entendiendo los motivos de la fortisssima recuperación de las bolsas el segundo trimestre, y en particular como hemos dicho del Nasdaq liderado por los cinco grandes, lo cierto es que hubo mucho escépticos en el camino de subida, los cuales, entre los que nos incluimos, aún cautos por los datos macro y de empresas quedaron fuera del rally de recuperación.
Sin embargo, esta semana se encendieron las primeras alertas para los más optimistas, donde las principales bolsas mundiales cayeron casi un 5% en promedio la semana pasada, siendo el jueves el peor día desde que comenzó el último tramo alcista.
Podemos atribuir los motivos a aspectos contingentes, como la reunión de la FED que tuvo cabida el día anterior, donde su mensaje fue tan pesimista que incluso la permanencia de la ayuda, fue recibida por los inversores como potencialmente insuficiente ante el contexto económico presentado, el cual fue apoyado también por un informe del mismo tono presentado por la OCDE.
Las noticias que dio la FED la semana pasada, antes de las caídas, donde no dijo nada nuevo pero tampoco descartó nada, también pueden ser una buena excusa para salir de unos mercados muy caros en sus valoraciones precio /utilidad y donde muchos economistas de renombre mundial, siembran semana a semana en sus artículos, crecientes dudas respecto de la recuperación en el sector real y las semejanzas de esta crisis más bien a una depresión que a una recesión.
No debemos olvidar este último aspecto referido a si estamos frentes a una depresión o no, ya que una característica importante de estas es que no hay margen para continuar bajando las tasas de interés, lo cual ha sido tradicionalmente la herramienta tradicional por excelencia para salir de las recesiones. Cuando esa herramienta ya no está, como menciona el connotado gestor de fondos Ray Dalio, es cuando nos encontramos frente a una gran depresión, la cual no hemos visto desde los años 30 del siglo pasado, luego de la hiperinflación alemana de los años 20, es decir 100 años atrás.
Las noticias que hemos tenido con las reaperturas no nos ofrecen información suficiente para aventurarnos a especular respecto del ritmo de vuelta a la normalidad, aunque es cierto que los datos macro que hemos visto en China son mejores de lo esperado, y con un buen grado de certeza podemos verlos como una guía para lo que será la evolución en los distintos lugares del mundo. Sin embargo, una nueva oleada de contagios tampoco es descartable, considerando que más de 20 estados en USA siguen viendo alzas en los contagios y en Tokio y Beijing han obligado a las autoridades a anunciar nuevas medidas.
Desde el punto de vista del análisis técnico, la zona de 3.200 puntos del S&P hemos comentado que al igual que los 2.900 puntos, nos parecen zonas difíciles de vulnerar, y que podrían conformar un rango en el corto plazo, pensando que de haberlo hecho al alza a comienzos de semana, se encaminaba nuevamente a testear máximos históricos. Esto no ocurrió y al no hacerlo, pensamos que lo más lógico es continuar su camino hacia los 2.900 puntos y ahí debatir entre una vuelta hacia la zona de 3.200 puntos o completar el tramo bajista hasta la zona de 2.500 puntos, un cuasi round number. Todo esto ocurre mientras el S&P había logrado superar la media móvil de 200 días, lo cual prendía una alarma más respecto de la eventual sobrecompra.
Un escenario también interesante se vive en el mercado de derivados y en particular de opciones, donde por ejemplo el ratio put-call, se puede deducir que los inversores han comprado muy fuerte opciones call, es decir muy optimistas respecto a la continuidad de las subidas. Sin embargo, la media de 10 días de este ratio, continúa en territorio negativo, por lo que a juzgar por este indicador, la corrección aún no debiese llegar.
Ante la incertidumbre actual, determinada no solo por la incierta recuperación sino también por la inédita expansión de los balances de los bancos centrales, y a sabiendas que en el corto plazo puede pasar cualquier cosa, nos inclinamos a pensar que los niveles actuales continúan siendo altos en término de rango de valoraciones para el contexto actual, donde las confianzas penden de un hilo, cómo quedó de manifiesto en febrero y marzo.
Por esta razón las inversiones deben ser a nuestro juicio más que nunca selectivas pero también ser muy prudentes, ya que ha quedado demostrado una vez más este año, que quienes tienen paciencia en los mercados financieros ven las oportunidades más claras y comprando a los precios de descuento.
Nos parece muy difícil y arriesgado establecer una estrategia en base a las ayudas monetarias que puedan realizar los bancos centrales, ya que a pesar que pueden haber funcionado hasta ahora para estabilizar a los mercados financieros, es muy probable que sea a costa del crecimiento económico a largo plazo, dado que la deuda lo que hace es traer crecimiento presente hipotecando crecimiento futuro.