Ideas de inversión

¿Wall Street o Main Street?

Nos quedan muchas dudas, como a muchos, de las fuertes recuperaciones de los índices de las bolsas americanas y también mundiales de estos últimos dos meses, con unos datos económicos no vistos hace casi 100 años, como podría ser la tasa de desempleo en Estados Unidos, por nombrar el caso más preocupante.

Es por esto que he titulado este articulo como una pregunta respecto si debemos seguir a las bolsas y los espíritus animales, o bien al sector real como se le denomina,  basado en criterios empresariales de utilidad y perdida.

Mucho hemos hablado, y principalmente antes de la pandemia, que nos parece que los bancos centrales se han excedido en sus atribuciones  y se han transformado en otra agencia gubernamental más.

También hemos sostenido desde el año 2014 que de convertirse en permanentes, estas políticas monetarias podían derivar en una crisis de deuda de magnitudes insospechadas para el sistema monetario como lo conocemos actualmente, sobre todo a propósito del conocido “whatever it takes” de Draghi, una traducción como “cueste lo que cueste”, que son de un voluntarismo que desde que comenzó la era del QE lo hemos visto con la mayor de las preocupaciones.

Por el momento, parece que los inversores en bolsa han preferido omitir todo lo malo que veníamos viendo con anterioridad al inicio del coronavirus en enero en el sentido monetario, además de las valoraciones en máximos históricos de las 5 grandes, como se les denomina a las grandes tecnológicas de USA. Así lo han demostrado los índices bursátiles en mayo, subiendo más de un 5% en promedio luego de venir del mejor mes desde el año 1987.

Sin embargo, más allá de las subidas en bolsa, que en tiempos de menor distorsión monetaria se encontrarían descontando utilidades futuras de empresas, hoy vemos que en el sector real la inversión se desploma, pero las mismas empresas suben en bolsa, lo cual no hace mucho sentido o derechamente es contradictorio.

Es por estas razones de desconfianza en los fundamentales y perplejidad ante la dicotomía real y financiera  que muchos inversores, tanto retail como institucionales, se han quedado fuera del rally de estos últimos dos meses, lo cual lo podemos saber por los altos niveles de cash en la actualidad.

Nuevamente los lemas del nuevo paradigma monetario “Dont Fight the Fed” o Fear of Missing Out”, es decir el miedo de no estar en la subida, han funcionado a la perfección y mucho mejor desde el punto de vista pragmático que el paradigma anterior, es decir comprar relacionando el valor de una empresa en la realidad respecto de una en bolsa.

Este último aspecto lo veíamos muy patente desde antes en las valoraciones de las FAANG, las cuales al ser tecnológicas y sus modelos de negocios muy distintos a los tradicionales, comenzaban a alejarse de las clásicas valoraciones, y  al mismo tiempo confirmaban que los inversionistas estaban dispuestos a omitir las claves que siempre habían guiado a los mercados financieros.

Las principal conclusión que podremos obtener del análisis en términos de inversión es que wall street se encuentra en un punto máximo de desacople con main street, es decir la calle principal de una ciudad donde se desarrolla la actividad comercial, la cual está adelantando números que en general tienden a empeorar, al igual que las estimaciones tanto macro como corporativas. Mientras tanto, la calle financiera sigue celebrando como si aquí nada hubiese pasado, pero no lo ha hecho sola sino que con la complicidad directa de la política monetaria.

Además de la dualidad recién comentada, vemos también como relevante de analizar si esta crisis realmente será de liquidez, donde los Bancos Centrales podrían cumplir cierto rol inyectando dinero sin respaldo de ahorro de manera temporal, o bien estamos ante un problema de solvencia, donde realmente el apoyo irá a empresas zombies que realmente en condiciones naturales no son capaces de sostenerse, y gran parte del salvataje fiscal y monetario no será devuelto. Si este es el caso, las medidas adoptadas actualmente serían además de las principales causantes de una ubrbuja de deuda, totalmente ineficaces y no existiría más remedio de que produjera lo que acuño Joseph Schumpeter como la “destrucción creadora” donde las empresas que no eran rentables debían quebrar y reasignar esos recursos mediante la creatividad donde si hicieran falta.

Volviendo a los mercados y su desempeño en la actualidad, vemos como ahora no solamente tecnológicas, sino también empresas ligadas a industriales  o turismo han subido, como también lo hizo, y en mayor medida que el S&P, la bolsa europea, que sabemos que cotiza múltiplos menos exigentes en términos de PER que USA, pero al mismo tiempo que los experimentos monetarios tienen canales de salida mucho menos fluidos que los de Estados Unidos.

Desde el punto de vista técnico, los índices parecen estabilizarse sobre la barrera sicológica de los 3.000 puntos y sobre la media de 200 días, lo que lo sitúa en zona de leve sobrecompra, a juzgar por dicho indicador retardado, sin embargo los patrones chartistas son típicos de configuraciones de continuación, por lo que desde este ángulo, el sesgo es más bien alcista, aunque no nos fiaríamos únicamente de este aspecto para tomar decisiones respecto de un portafolio total.

La situación en resumen continúa siendo inédita y digna de análisis posteriores dado que nos encontramos cerca de muchos niveles máximos (bolsas, valoraciones, deuda, desempleo) los cuales pueden ser sintomáticos de burbujas que terminan dependiendo de la confianza de los inversores, en primer lugar, en los bancos centrales de las economías desarrolladas, que en los mercados financieros vemos que la tienen, y en segundo,y no al revés, en la economía de carne y hueso, donde tenemos serias dudas que los problemas los vaya a resolver el dinero barato.

Como recomendación de inversión nos inclinamos a sectores ligados a macro tendencias y a valoraciones que hagan sentido del punto de vista empresarial, ya que a pesar que de momento la política monetaria ha sido más fuerte, en lo que a mercados financieros se refiere, no lo ha demostrado en la economía real, lo cual continuará sembrando dudas respecto de la omnipotencia de los bancos centrales.